¿La
Depresión afecta a niños?, No creo…!!
Para los padres resulta difícil concebir que un niño que
no tenga responsabilidades laborales o económicas pueda deprimirse, los padres
que acuden a consulta, por lo menos uno de ellos indica: “Pero si lo veo
jugando todo el día”, “no está llorando”, “Va, no trabaja ni paga las cuentas
yo debería ser el deprimido”
Pero lo que en realidad ocurre es que
la depresión afecta también a los niños. Su falta de madurez los hace más
vulnerables, y no siempre saben describir lo que sienten. Por ello mediante
este articulo queremos que conozcas las causas y los síntomas de la depresión
infantil para ayudarles a superarlo y de ser necesario buscar ayuda inmediata.
I.
Criterio de
diagnóstico principal.
1.
La duración del episodio depresivo debe ser como mínimo
de dos semanas y no estar relacionado con el consumo de ninguna sustancia.
II.
Presencia
de dos de estos Síntomas.
1.
Humor
depresivo: los niños y adolescentes, pueden presentar un estado de
ánimo deprimido o irritable. Los más pequeños, además, a menudo no son capaces
de describir cómo se sienten y suelen quejarse de molestias físicas imprecisas,
y mostrar una triste expresión facial o una escasa comunicación visual. El
ánimo irritable se puede manifestar con una conducta agresiva o acciones que
demuestren hostilidad o cólera. En los adolescentes mayores los trastornos de
ánimo pueden tener síntomas parecidos a los de los adultos.
2.
Pérdida de
interés hacia el entorno, o incapacidad para disfrutar con el juego o con las
actividades escolares.
3. Falta de
energía: no juega, rechaza ir al colegio, en casa se le ve
desanimado, no habla, etcétera.
III.
Presencia de uno o más de los siguientes síntomas:
1. Pérdida de confianza y autoestima, y sentimientos de inferioridad.
2. Reproches: en los niños se refleja mediante una auto-desvalorización o un sentimiento
de culpa excesivo o inapropiado.
3. Ideas o intentos autodestructivos: en los niños y adolescentes se
observan signos no verbales de conducta suicida como realizar acciones en las
que corre riesgos de forma reiterada, a veces como si se tratase de un juego o
adoptar comportamientos autolesivos (por ejemplo, arañarse).
4. Incapacidad para concentrarse o tomar decisiones, que en el
caso de los niños se traduce en problemas de conducta o un bajo rendimiento académico.
5. Actividad psicomotriz agitada o
inhibida.
6. Alteraciones del sueño.
7. Variaciones de peso (en los niños generalmente se da
un aumento).
8. Quejas somáticas (dolor de cabeza, cólicos,
etcétera). Este criterio es muy frecuente en niños.
Psi. Carlos Shimabukuro Guzmán
CPsP. 20378
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